CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

CRONICAS BAHIANAS - 264

El Grito de Ipiranga y la amnistía

En la historia del Brasil se conoce como el Grito do Ipiranga la proclamación de la Independencia de Brasil por D. Pedro I, a orillas del arroyo Ipiranga, en São Paulo, el 7 de septiembre de 1822, cuando gritó "¡Independencia o Muerte!". Este evento se considera el hito fundacional de Brasil como nación libre de Portugal y se celebra anualmente como el Día de la Independencia. 

Se puede decir que el proceso de la independencia del Brasil comenzó en 1808, año en que la familia real portuguesa, huyendo de las tropas francesas que invadieron Portugal, se mudó a Brasil, los cambios que esta medida provocó fueron decisivos; D. João VI, rey de Portugal, instalado en Río de Janeiro, autorizó la apertura de los puertos brasileños a naciones amigas, permitió el comercio entre brasileños e ingleses como medidas destacadas en la esfera económica, además de otras en los campos administrativos y políticos, lo que llevó a que Brasil dejara de ser solo una colonia portuguesa, convirtiéndose, de hecho, en parte integral del Reino de Portugal, al crearse el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves en  diciembre de 1815; es decir, en la práctica, significó que Brasil dejó de ser una colonia y se convirtió en una parte integral del Reino de Portugal con nueva denominación,

En 1820 se produjo la Revolución Liberal de Oporto, organizada por la burguesía portuguesa inspirada en los ideales liberales. Uno de los grandes objetivos de los portugueses era el regreso del rey a Portugal, que debería la sede del Imperio portugués, así como debería se restablecido el monopolio comercial sobre Brasil; finalmente D. João, presionado por los acontecimientos en su país, decidió regresar a Portugal el 26 de abril de 1821, dejando como Regente del Brasil a su hijo D. Pedro de Alcântara.

El proceso se acelera en diciembre de 1821, cuando llega la orden exigiendo el regreso de D. Pedro a Portugal, inmediatamente surgió el Club de la Resistencia; en enero de 1822, durante una audiencia en el Senado, se entregó un documento con más de 8 mil firmas a D. Pedro, pidiendo que el Príncipe Regente permaneciera en Brasil y, aún más, cuando el 28 de agosto de 1822, llegaron a Brasil órdenes de Lisboa con el mensaje de que el regreso de D. Pedro a Portugal debía ser inmediato; la orden, leída por Maria Leopoldina, la convenció de la necesidad de romper con Portugal y, el 2 de septiembre, organizó una sesión extraordinaria, firmó una declaración de independencia y la envió a D. Pedro que estaba de viaje en São Paulo, la recibió cuando estaba a la altura de São Paulo, cerca del río Ipiranga; lo que justifica la celebración del Dia Nacional del Brasil.

Este año, 203 años después, la celebración de esta fiesta nacional tiene dos partes: la ceremonia oficial, encabezada por el presidente en ejercicio, Luis Ignacio Lula da Silva, el titular del Planalto llegó a la Explanada de Ministerios en el tradicional Rolls-Royce presidencial, cumpliendo con el protocolo de la ceremonia, que duró unas dos horas según información de la CNN. También contó con la presencia de ministros de Estado, vicepresidente Geraldo Alckmin (PSB), miembros del comando de las Fuerzas Armadas y el presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta (Republicanos-PB), el desfile se estructuró en torno al lema "Brasil soberano". La frase fue destacada en la tribuna de honor y también en gorras estampadas distribuidas al público por el gobierno federal, enfatizando los valores de patriotismo y defensa de la nación; además de la soberanía nacional, el desfile trajo otros dos ejes temáticos: la preparación de la COP30,  la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, también llamada COP30, prevista para noviembre de 2025, que se celebrará en Belém en 2025, y el Programa de Aceleración del Nuevo Crecimiento (PAC).

La elección del lema "Brasil soberano" llega en un momento de enfrentamientos diplomáticos y políticos. El gobierno brasileño reacciona al arancel del 50% impuesto por Estados Unidos, bajo la presión de los bolsonaristas que articulan con Trump el boicot a su propio país, bajo la premisa de la libertad de los golpistas involucrados en el intento de golpe de Estado el 8 de enero de 2023, quienes pretendían reinstalar a Jair Bolsonaro como presidente de Brasil, para lo cual desarrollaron acciones de protestas, desobediencia civil: invasión, disturbios, saqueos, vandalismo, intimidación, ataques a edificios públicos.

Estos grupos organizaron manifestantes apoyando a Jair Bolsonaro y defendiendo la amnistía para los golpistas involucrados en ese intento de golpe de Estado; se reunieron en la Avenida Paulista, en São Paulo, el domingo por la tarde; cerca de Museo de Arte de São Paulo, los extremistas colgaron una gigantesca pancarta con la bandera de Estados Unidos en apoyo a los aranceles del 50% impuestos por Donald Trump a Brasil que penalizan la economía brasileña y otra con la bandera de Israel.

Veamos, utilizando la inteligencia artificial encontramos la definición de amnistía como el acto por el cual un gobierno, a través del poder legislativo y mediante una ley, concede el perdón general de ciertos delitos, borrando el carácter delictivo de las conductas y extinguiendo la acción penal y las sanciones impuestas, actuando como una medida de "borrón y cuenta nueva" para restablecer la paz social o facilitar procesos de cambio político. 

Por lo tanto, la realización de estas manifestaciones, y otras que vienen ocurriendo, es una clara confesión de parte: los delitos ocurrieron y fueron realizados por los procesados (y ciertamente otros que no fueron incluidos en dichos procesos judiciales); entre otros los edificios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial fueron invadidos e depredados por una turba que no aceptaba el resultado electoral y que, una semana después del inicio del nuevo gobierno, ya anhelaba un cambio a través de una intervención golpista desde los cuarteles, pues las investigaciones que siguieron identificaron el entramado del golpe y sus mandantes, entre los cuales el ex presidente Jair Bolsonaro y miembros de la cúpula militar; es decir, el pedido de amnistía es el perdón de esos delitos.

En lo inmediato el presidente Donald Trump, via internet, pide al gobierno brasileño que se suspenda la “persecución al líder democrático” Jair Bolsonaro y sus secuaces bajo la amenaza de aplicar, a manera de sanción, aranceles elevados a los productos brasileños, cosa que efectivó. La respuesta del gobierno brasileño, a través de su Presidente, fue que el sr. Trump manda en Estados Unidos, en el Brasil las soluciones son de los brasileños; lo que se acostumbra llamar soberanía.

El hijo de ex presidente, parlamentario electo, tiene más de un año residiendo en Estados Unidos, haciendo campaña por la aplicación de sanciones contra el Brasil, con la finalidad que su padre sea indultado; la pregunta es: ¿Continua el golpe? ¿Pide o exige la amnistía (perdón por el delito cometido y confesado)?

Tal parece que el Grito do Ipiranga: "¡Independencia o Muerte!"  no tiene sentido para estos grupos de extrema derecha, que más bien se alinean como colonos, ya no ante Portugal, sino al nuevo colonizador: Estados Unidos.

En resumen: este 7 de septiembre tiene una importancia histórica crucial para la reafirmación de la Independencia y la soberanía nacional brasileña, en un contexto en el que el país enfrenta ataques coordinados entre una potencia extranjera y agentes internos.

Brasil está bajo la ofensiva del presidente estadounidense Donald Trump, en connivencia con aliados del expresidente Jair Bolsonaro, quienes exhiben provocativamente la bandera estadounidense y los símbolos trumpistas, en una clara afrenta a los intereses nacionales.

Como no hay nada estático: ¡la lucha continua!

Hasta breve,

Jesús Enrique Tinoco Gómez

Salvador, 08 de setiembre de 2025.